Comentario
Además de los grandes creadores del pop como Lichtenstein, Warhol o Wesselmann encontramos otros artistas como Larry Rivers. Del expresionismo abstracto arranca Larry Rivers -Yitzroch Loiza Grossberg- (1923), un saxofonista de jazz, que se había formado con Hofmann, Baziotes y De Kooning, gracias al cual se hace definitivamente pintor. Rivers enlaza con la pintura de historia -algo que no interesaba en absoluto por entonces- y en 1953 hace una versión del cuadro de E. Lentze del Metropolitan, Washington cruzando el Delaware (Nueva York, MOMA). Rivers mira con ironía la pintura de historia -y la Historia misma- y sus cuadros son parodias de un género típicamente académico, que él carga de crítica, como en La historia de la revolución rusa: de Marx a Maiakovski, de 1965, donde mezcla objetos -rifles, fotos...- con pintura o en los cuadros que dedica a Los últimos veteranos de la guerra civil, en los cuales aparecen estos soldados a punto de morir o ya muertos ante un fondo pomposo de barras y estrellas. Entre 1962 y 1964 pintó desnudos femeninos en la misma vertiente irónica, contraponiendo la sensualidad de la imagen con la visión fría y objetiva que resulta de numerar y nombrar sobre el lienzo las partes del cuerpo. En París, a principios de los años sesenta, realizó con J. Tinguely una obra titulada La amistad giratoria de América y Francia (1961, Berlín, colección Onnash), en la cual una máquina hace girar un cuadro colocado en su parte superior donde aparecen cajas de cigarrillos de los dos países. (Los límites entre el pop y los nuevos realistas los ponen los historiadores.)